domingo, 20 de febrero de 2022

Mi regalo de San Valentín: Positiva

El 6 de marzo del 2020 almorzaba con mi equipo de trabajo con motivo del cumpleaños de la Ministra, cuando nos informaron sobre el primer contagio por Covid en el país. No quedó más que correr para organizar esa primera conferencia de prensa para informarlo, que trajo consigo comunicaciones diarias y un estado de alerta por los siguientes diez meses en que me mantuve en funciones. Con dicha noticia  supe que yo no me podía enfermar, ni ausentarme, mucho menos desconectarme. 

Fueron meses angustiantes, adicional al tema laboral, se sumaba el familiar, para ese entonces se consideraron de riesgo los adultos mayores, y esa fue una razón más para declarar que yo no me podía enfermar, por mis tatas. No tuve un día de descanso sino hasta después del 18 de diciembre que fue mi último día en el Ministerio, la ansiedad por información, combatir las fakenews, hacer campañas para motivar al personal de salud o enseñar protocolos sanitarios de interacción social, así como informar impopulares medidas tomadas por los jerarcas, provocaron meses de mucha tensión. 

El 2020 fue un año muy solitario, yo me autodeclaré "foco de contagio" por la cantidad de personas que veía diariamente, pues muchas de ellas eran de la primera línea de atención de la emergencia.  Prácticamente sólo vi a mi familia y mi equipo de trabajo, y no los mismos días, en ambos casos con medidas sanitarias muy estrictas. El médico de Presidencia me señaló entre las cuatro personas en riesgo de mi oficina, por edad, sin embargo el rol de liderazgo me impedía teletrabajar. Ese tiempo trabajé muchísimo, siempre presencial, y no pocos fines de semana fui a Casa Presidencial al menos un día. Mi dedicación a prevenir el contagio fue 24/7/365, y lo mejor que pude hacer fue adquirir una colección de mascarillas de emprendedoras para ponerle color y diseños a la vida.

Ya fuera de ese trabajo, el 2021 viví muy diferente la pandemia, metida en hospitales, acompañando a papi a su tratamiento. Ya para entonces empecé la persecución por la vacuna, algo que resultó laborioso por burocracia.  Para la primera debí demostrar la edad que tenía, y para la segunda que el Ebais que me tocaba no me la ofrecía por haber recibido la anterior en uno distinto, que sí funcionaba en fin de semana.

Recién en el 2021 volví a ver a mis amigos, y conforme tuve las vacunas sentí la libertad para coincidir. Eso sí, con miles de cuidados, en contadas excepciones más de un par a la vez, siempre en lugares abiertos, con distancia y mascarilla la mayor parte del tiempo, excepto cuando ingería algún alimento. Necesitaba el apoyo de mis afectos para sobrellevar la ansiedad y porque soy sociable, pero a la vez sabía que era un riesgo, por lo cual me convertí en la loquita que se ponía alcohol en gel a cada rato, saludaba chocando el codo y planificaba con pinzas cada encuentro.

En el 2022 el virus provocó el dolor de perder a alguien cuyo duelo aún experimenta mi familia.

Estamos a pocos días de que se cumplan dos años de pandemia. Muchas cosas han cambiado en nuestros hábitos e interacción social. En lo personal me he retraído en mis actividades sociales, retomé el gimnasio y las clases de danza presenciales, pero el contacto con las demás personas es mínimo. 

A veces me pregunto quién es mi red de apoyo, y me reprendo por haberme alejado de gente que quiero, pero la virtualidad prolongada dificulta el vínculo. Tengo desde el 2010 de vivir sola, y ser bastante autosuficiente. Sin embargo soy muy sociable y necesito recibir un buenos días, buenas tardes o buenas noches, así como un abrazo, reír, y compartir mis alegrías y angustias. Siempre me pregunté cómo resolvería el día que me contagiara, porque verme aislada sin posibilidad de resolverme yo misma mis necesidades, era una preocupación.  

Finalmente llegó ese "positivo" no deseado, pero sí que fue positivo, porque supe a cuántas personas les importaba. Mi organismo duró mucho incubando el virus, y hasta un PCR negativo tuve, por el cual volví a ver amigos y familia, a quienes expuse, lo cual me preocupó muchísimo al ver justo el día del amor y la amistad la doble raya en la autoprueba preventiva que me hice. 

El 15 recibí el resultado de un PCR positivo, ahí me armé de valor para informar a las personas que había visto, entre ellos mi familia. Quienes ya lo han pasado me tranquilizaron y aconsejaron, quienes no, pues tampoco me lapidaron y se mostraron solidarios. Y siete días después, ya culminando la restricción sanitaria, creo no haber contagiado a nadie. 

Esto de tener Covid no es grato, pero ya vivida la experiencia me ha hecho sentir tan querida: los saludos preguntando cómo sigo, ofrecimientos de traerme provisiones, comida en la puerta, productos frescos de la finca, que me cocinaran, hasta compañía a través de la ventana o mediante videollamadas internacionales y nacionales, demostrándome el cariño y preocupación por mi bienestar.


Y si bien tuve síntomas muy leves, pues no era que me sintiera bien tampoco, sin embargo con la precaución del oxímetro en mano teletrabajé, hice una entrevista, practiqué mantón y entrené danzas de la india. Además me mediqué a más no poder, para qué arriesgar, y eso que soy el tipo de persona que no tiene ni lo básico en un botiquín casero, pero ante el Covid gasté en farmacia lo que había gastado en toda la vida en ese rubro.


Hoy saldré de cuarentena con una tos necia, un descanso no planificado y un corazón agradecido, por saberme tan querida y bendecida.



Y como buena flamenca, les dedico esta rumbita a mi gente luminosa, que hoy sé bien quiénes son, porque estuvieron ahí, incluso hubo personas que no se enteraron y con quienes sé que podría haber contado.


Gente Luminosa

El Arrebato



Me quedo con quien me cuida

Me quedo con quien me valora

Con quien me hace reír

Y ríe conmigo da igual la hora

Me quedo con quien escucha atentamente mi desahogo

Con quien procura mi bien

Con quien se queda a pesar de todo

Me quedo con quien me pide ponme un whatsapp cuando llegues

Y se alegra más que yo

Si tuve un golpe de suerte

Me quedo con esa magia de una lágrima compartida

Me quedo con quien me ayudó a encontrar aquella salida

Qué guapa es

La gente luminosa

La que baila porque sí

La que sonríe a todas horas

Con la que respiras lento

La que te regala tiempo

Y si un día no lo tiene lo fabrica para ti

Me quedo con quien enciende

Bombillas en mi camino

Saca lo bueno de mí

Y me hace sentirme vivo

Me quedo con quien me pide

Ponme un whatsapp cuando llegues

Y se alegra más que yo

Si tuve un golpe de suerte

Me quedo con esa magia de una lágrima compartida

Me quedo con quien me ayudó a encontrar aquella salida

Qué guapa es

La gente luminosa

La que baila porque sí

La que sonríe a todas horas

Con la que respiras lento

La que te regala tiempo

Y si un día no lo tiene lo fabrica para ti

Qué guapa es

La gente luminosa

Esa que no se preocupa de la marca de tu ropa

La que pone a la alegría

Siempre en su menú del día

Gente que ilumina el mundo

Gente guapa como tú

Gente que hace lo que sientan aunque sea temblando

Que le saca la lengua a la vida, sin hacer daño

Y si sube la marea no va a soltar tu mano

Gente que ahuyenta las nubes negras

Porque tiene el poder de la luz

Qué guapa es

La gente luminosa

La que baila porque sí

La que sonríe a todas horas

Con la que respiras lento

La que te regala tiempo

Y si un día no lo tiene, lo fabrica para ti

Qué guapa es (qué guapa es)

La gente luminosa

Esa que no se preocupa de la marca de tu ropa

La que pone a la alegría

Siempre en su menú del día

Gente que ilumina el mundo

Gente guapa como tú

Gente que tiene el poder de la luz.✨


3 comentarios:

Hoggie dijo...

Pues aquí seguimos acompañándote y a tu lado virtualmente. Qué bueno que ya se cumple tu cuarentena. Abrazos.

Unknown dijo...

Me encantó esa rumba desde que la escuché y más me gusta estar rodeada de gente luminosa como vos. Un abrazo y a partir de mañana a volver a las andadas! 🥳

Johanna Castro dijo...

Esa canción también se las había enviado que la compartí de una amiga que quiero montones que vive en Estados y concluyó que definitivamente debemos rodearnos de gente que nos trasmite eso a nuestras vidas tqm y le agradezco a la vida por que continuemos siendo amigas después de tantos años