martes, 29 de abril de 2025

Lecciones de la danza

La vida introdujo a mis 3 años una forma de expresarme y canalizar emociones, que 44 años después sigue ocupando un lugar protagónico. Si bien el rol que ha tenido es de esparcimiento, ejercicio, socialización y terapia emocional, no pocas veces las personas de mi entorno me confrontan con que debería dedicarme a ese gusto al que le invierto tantas horas. También resulta difícil explicar por qué entreno nueve horas por semana y bailo diferentes tipos. Pienso que solo esas personas que experimentan lo que yo, pueden comprenderlo, pues la respuesta no se da con palabras, y desde mi óptica son los cuatro roles que mencioné los que necesito, porque efectivamente en vez de monetizar la dedicación, me consume recursos económicos y tiempo.  

 

En esta pasión la exploración es infinita, lo cual no significa que me gusten todas las danzas, porque como expresiones culturales y artísticas, una conecta o no conforme lo que me transmite cada baile. 

 

A raíz del Día Internacional de la Danza quise compartir algunas lecciones que he aprendido a lo largo de la vida bailando:

 

  1. El baile se expresa conforme a técnica, pero también conforme al sentir individual y las emociones que evoca. Sin lugar a dudas el Flamenco y el Kathak (norte de India) me han fortalecido en tiempos de crisis, mientras la Salsa y el Bollywood me han hecho comunicar mis alegrías, por su parte Odissi (clásica de india) me ha cultivado mi espiritualidad, y la Bachata, la Danza Oriental (conocida como belly dance) y el Burlesque han evocado mi sensualidad, siendo su variante el Tribal la que me hace sentir poderosa y la Danza Contemporánea la que me ofrece libertad.  
  2. Cuando bailo desempeño un rol, soy un personaje que expresa lo que siente a partir de las herramientas que posea. Es algo así como jugar, lo cual hicimos en nuestra infancia de forma intuitiva, y nos permitía conocer otros mundos viviendo experiencias desde la imaginación.
  3. La disciplina de un bailarín es el respeto a la audiencia que tendrá enfrente, al colectivo con el que interpreta una coreografía y a su autocuido, porque entrar tarde a una clase es arriesgarse a una lección, o llegar tarde a una presentación implicaría no salir a ese escenario efímero, para el que una se preparó por meses.
  4. Practicar varias danzas es como hablar distintos idiomas, no sería extraño que mezclemos palabras, pero nuestra memoria corporal podría confundirse, así como ocurre con las palabras. En mi caso no lo sanciono, sino que me autopercibo como una latina que flamenquea con el desarrollo de habilidades propias de las danzas clásicas de oriente y occidente. 
  5. Todos pasamos por varios amores en esta vida, y así como pueden convivir el amor fraterno, con el filial y el romántico, practicar varios bailes es posible y hasta necesario para alcanzar una expresión única que determine nuestra identidad. Al igual que amo viajar, explorar danzas de distintas regiones del mundo me permite viajar por todos los continentes: Asia gracias a las danzas clásicas, folklore (Bhangra) y bailes populares de india, África con la Kizomba (Angola) y Coupé Décale (Costa de Marfil), Europa mediante el Flamenco y sus diversos palos (ritmos) y América donde me he propuesto aprender todas sus expresiones aunque disfruto unas más que otras.
  6. Bailar un solo, una coreografía o en pareja, requieren destrezas distintas. En lo personal me cuesta muchísimo bailar en pareja porque implica soltar el control y confiar, pero bueno, quizás sea eso precisamente lo que deba aprender, por lo anterior me apasionan Kizomba (Angola) y Tango (Argentina), porque me ofrecen esa conexión.
  7. El cuerpo debe prepararse para bailar, un par de lesiones me lo confirman, una por no calentar y la otra por condiciones climáticas que exigían mayor preparación, por eso es importante también buscar alternativas como los masajes de descarga, liberar energía de los pies también mediante masaje o ungüentos, y reitero, calentar al inicio y estiramientos finales. 

 

Y vos ¿qué otras lecciones te ha deparado la danza? 

 

jueves, 28 de noviembre de 2024

47 Razones para dar gracias


  1. Tuve una infancia y adolescencia muy felices
  2. Mi familia siempre me ha apoyado 
  3. Profesionalmente he alcanzado metas que nisiquiera imaginé
  4. Los naranitos y mis flamencas son dos tribus que me sostienen
  5. Este año pude sumar mis dos pasiones: baile+ viajes ( congreso kizomba Colombia y bachata México)
  6. Pude revertir indicadores de salud que no estaban bien 
  7. Frecuenté todo el verano el Caribe
  8. Compartí con mi familia italotica las vacaciones de medio año 
  9. Tengo el Gold’s todas las mañanas para iniciar el día en modo autocuido
  10. Reconecté con compas del cole 30 años después de graduados, y eso me devolvió juventud 
  11. Mis emprendedoras siguen creciendo y confiando, sus negocios se fortalecen en la sororidad 
  12. Hice nuevos amigos 
  13. Pude contribuir con la juventud de Limón
  14. Mis amigas superaron quebrantos de salud
  15. Me reencontré con Nani en Bogotá y Héctor en Ciudad de México
  16. Resguardé mi paz tomando decisiones de aquello a lo que pertenezco y lo que me rodea 
  17. Encontré en Naranjo y Casa Rojas oportunidades para seguir creciendo en la danza
  18. Inicié y cerraré el año bailando en talleres de danzas árabes y Tribal
  19. Pude contribuir con mis amigos indios trabajando fuerte todo el año como directiva de la comunidad y dejándoles un informe robusto
  20. Mi grupo de voceros sigue ejerciendo y dejando en alto a la U 
  21. Aproveché tres festivales de cine al máximo 
  22. Tengo carro y casa propias 
  23. Papi sigue muy presente en mi vida a través de su impresionante legado
  24. Mami tiene salud y somos cómplices de viajes, cenas y findes
  25. Me siento muy a gusto con mi autoimagen
  26. Aprendí castañuelas y me motivó el obsequio de mi amigo y maestro Iván 
  27. Recibo halagos de colegas a quienes respeto y admiro
  28. Aprendí a relajarme y exigirme un poco menos 
  29. Tengo innumerables recuerdos de ratitos con amigos, mi IG es testigo
  30. Diario me conecto con el mundo mediante charlas con amigos de todas las latitudes (Australia, India, Chile, Catalunya)
  31. Gané un hermano mayor en mi primo Max
  32. Le hice un precioso altar de muertos a papi con nuevos insumos
  33. Mi Navidad tendrá una nueva pieza de decoración en mosaico 
  34. Renové tecnología y tengo lo mejor de lo mejor
  35. Almorcé frente al mar muchas veces
  36. Mi celu tiene un forro que me hace suspirar, porque es mi obra de arte predilecta
  37. Tuve nuevos clientes como consultora 
  38. Sonreí todos los días 
  39. Aprendí a tenerme paciencia y soltar 
  40. Conté con la ayuda de Virginia
  41. Evité lesiones y resolví otras con los mejores profesionales 
  42. Adquirí nuevo calzado para que mis pies no paren de bailar
  43. Serví desde múltiples trincheras (Sede Caribe, CRIA, Ciencias Sociales)
  44. He comido los mejores manjares
  45. Disfruto la naturaleza cada finde en un jardín mágico 
  46. Tengo una obra de arte en casa de mi amigo Oswaldo, premio nacional 
  47. Nunca me ha faltado compañía, escucha o complicidad 

lunes, 26 de agosto de 2024

Mi decálogo de los 47

1. Trabajo para vivir, no vivo para trabajar

2. El descanso ya no lo veo como perder el tiempo, sino como un derecho y una necesidad 

3. Tengo una alimentación saludable,  sabrosa y equilibrada

4. El autocuido consiste en vivir bien, comer bien, dormir bien, ejercitarme diario, escuchar a quienes tienen buenas intenciones, y blindar mi espacio 

5. Compartir el tiempo con nuestros seres queridos, siempre debe ser una prioridad

6. Mi legado es hacer todo con pasión y convicción 

7. Buscar justicia en las palabras y acciones, es un motor de mi ser

8. Me rodeo de personas cuyos hábitos y valores comparto, quienes salen de mi vida es porque difieren con estos, y ya cumplieron su ciclo 

9. Viajar y bailar conecta con otras culturas, y es una forma de educarse, que siempre que se pueda debe aprovecharse

10. Me gusta darme gustos, sacrificarme innecesariamente no es opción

domingo, 30 de julio de 2023

Gratitud


 Gratitud, es el balance de este mes. Las patronales2023 representaron encuentros, invitaciones a comer, detalles bonitos mediante mensajes y obsequios y hasta cante. 


Gracias mis emprendedoras por el derroche de mensajes, mis afectos por los buenos deseos por múltiples vías, flamencas y chicas de castañuelas por cantarme, también mis indias con quienes además agarré energías para la práctica a puro chocolate, gracias Yolanda por los inciensos, Manuela por el angelito, Max y Juli por los accesorios para deleitarme con vino, y mami por infinidad de obsequios y chineos.


Fueron muchas salidas, cada una con una conversación necesaria para conectar, deleitar el paladar y sentirme inmensamente bendecida. 

martes, 8 de marzo de 2022

domingo, 20 de febrero de 2022

Mi regalo de San Valentín: Positiva

El 6 de marzo del 2020 almorzaba con mi equipo de trabajo con motivo del cumpleaños de la Ministra, cuando nos informaron sobre el primer contagio por Covid en el país. No quedó más que correr para organizar esa primera conferencia de prensa para informarlo, que trajo consigo comunicaciones diarias y un estado de alerta por los siguientes diez meses en que me mantuve en funciones. Con dicha noticia  supe que yo no me podía enfermar, ni ausentarme, mucho menos desconectarme. 

Fueron meses angustiantes, adicional al tema laboral, se sumaba el familiar, para ese entonces se consideraron de riesgo los adultos mayores, y esa fue una razón más para declarar que yo no me podía enfermar, por mis tatas. No tuve un día de descanso sino hasta después del 18 de diciembre que fue mi último día en el Ministerio, la ansiedad por información, combatir las fakenews, hacer campañas para motivar al personal de salud o enseñar protocolos sanitarios de interacción social, así como informar impopulares medidas tomadas por los jerarcas, provocaron meses de mucha tensión. 

El 2020 fue un año muy solitario, yo me autodeclaré "foco de contagio" por la cantidad de personas que veía diariamente, pues muchas de ellas eran de la primera línea de atención de la emergencia.  Prácticamente sólo vi a mi familia y mi equipo de trabajo, y no los mismos días, en ambos casos con medidas sanitarias muy estrictas. El médico de Presidencia me señaló entre las cuatro personas en riesgo de mi oficina, por edad, sin embargo el rol de liderazgo me impedía teletrabajar. Ese tiempo trabajé muchísimo, siempre presencial, y no pocos fines de semana fui a Casa Presidencial al menos un día. Mi dedicación a prevenir el contagio fue 24/7/365, y lo mejor que pude hacer fue adquirir una colección de mascarillas de emprendedoras para ponerle color y diseños a la vida.

Ya fuera de ese trabajo, el 2021 viví muy diferente la pandemia, metida en hospitales, acompañando a papi a su tratamiento. Ya para entonces empecé la persecución por la vacuna, algo que resultó laborioso por burocracia.  Para la primera debí demostrar la edad que tenía, y para la segunda que el Ebais que me tocaba no me la ofrecía por haber recibido la anterior en uno distinto, que sí funcionaba en fin de semana.

Recién en el 2021 volví a ver a mis amigos, y conforme tuve las vacunas sentí la libertad para coincidir. Eso sí, con miles de cuidados, en contadas excepciones más de un par a la vez, siempre en lugares abiertos, con distancia y mascarilla la mayor parte del tiempo, excepto cuando ingería algún alimento. Necesitaba el apoyo de mis afectos para sobrellevar la ansiedad y porque soy sociable, pero a la vez sabía que era un riesgo, por lo cual me convertí en la loquita que se ponía alcohol en gel a cada rato, saludaba chocando el codo y planificaba con pinzas cada encuentro.

En el 2022 el virus provocó el dolor de perder a alguien cuyo duelo aún experimenta mi familia.

Estamos a pocos días de que se cumplan dos años de pandemia. Muchas cosas han cambiado en nuestros hábitos e interacción social. En lo personal me he retraído en mis actividades sociales, retomé el gimnasio y las clases de danza presenciales, pero el contacto con las demás personas es mínimo. 

A veces me pregunto quién es mi red de apoyo, y me reprendo por haberme alejado de gente que quiero, pero la virtualidad prolongada dificulta el vínculo. Tengo desde el 2010 de vivir sola, y ser bastante autosuficiente. Sin embargo soy muy sociable y necesito recibir un buenos días, buenas tardes o buenas noches, así como un abrazo, reír, y compartir mis alegrías y angustias. Siempre me pregunté cómo resolvería el día que me contagiara, porque verme aislada sin posibilidad de resolverme yo misma mis necesidades, era una preocupación.  

Finalmente llegó ese "positivo" no deseado, pero sí que fue positivo, porque supe a cuántas personas les importaba. Mi organismo duró mucho incubando el virus, y hasta un PCR negativo tuve, por el cual volví a ver amigos y familia, a quienes expuse, lo cual me preocupó muchísimo al ver justo el día del amor y la amistad la doble raya en la autoprueba preventiva que me hice. 

El 15 recibí el resultado de un PCR positivo, ahí me armé de valor para informar a las personas que había visto, entre ellos mi familia. Quienes ya lo han pasado me tranquilizaron y aconsejaron, quienes no, pues tampoco me lapidaron y se mostraron solidarios. Y siete días después, ya culminando la restricción sanitaria, creo no haber contagiado a nadie. 

Esto de tener Covid no es grato, pero ya vivida la experiencia me ha hecho sentir tan querida: los saludos preguntando cómo sigo, ofrecimientos de traerme provisiones, comida en la puerta, productos frescos de la finca, que me cocinaran, hasta compañía a través de la ventana o mediante videollamadas internacionales y nacionales, demostrándome el cariño y preocupación por mi bienestar.


Y si bien tuve síntomas muy leves, pues no era que me sintiera bien tampoco, sin embargo con la precaución del oxímetro en mano teletrabajé, hice una entrevista, practiqué mantón y entrené danzas de la india. Además me mediqué a más no poder, para qué arriesgar, y eso que soy el tipo de persona que no tiene ni lo básico en un botiquín casero, pero ante el Covid gasté en farmacia lo que había gastado en toda la vida en ese rubro.


Hoy saldré de cuarentena con una tos necia, un descanso no planificado y un corazón agradecido, por saberme tan querida y bendecida.



Y como buena flamenca, les dedico esta rumbita a mi gente luminosa, que hoy sé bien quiénes son, porque estuvieron ahí, incluso hubo personas que no se enteraron y con quienes sé que podría haber contado.


Gente Luminosa

El Arrebato



Me quedo con quien me cuida

Me quedo con quien me valora

Con quien me hace reír

Y ríe conmigo da igual la hora

Me quedo con quien escucha atentamente mi desahogo

Con quien procura mi bien

Con quien se queda a pesar de todo

Me quedo con quien me pide ponme un whatsapp cuando llegues

Y se alegra más que yo

Si tuve un golpe de suerte

Me quedo con esa magia de una lágrima compartida

Me quedo con quien me ayudó a encontrar aquella salida

Qué guapa es

La gente luminosa

La que baila porque sí

La que sonríe a todas horas

Con la que respiras lento

La que te regala tiempo

Y si un día no lo tiene lo fabrica para ti

Me quedo con quien enciende

Bombillas en mi camino

Saca lo bueno de mí

Y me hace sentirme vivo

Me quedo con quien me pide

Ponme un whatsapp cuando llegues

Y se alegra más que yo

Si tuve un golpe de suerte

Me quedo con esa magia de una lágrima compartida

Me quedo con quien me ayudó a encontrar aquella salida

Qué guapa es

La gente luminosa

La que baila porque sí

La que sonríe a todas horas

Con la que respiras lento

La que te regala tiempo

Y si un día no lo tiene lo fabrica para ti

Qué guapa es

La gente luminosa

Esa que no se preocupa de la marca de tu ropa

La que pone a la alegría

Siempre en su menú del día

Gente que ilumina el mundo

Gente guapa como tú

Gente que hace lo que sientan aunque sea temblando

Que le saca la lengua a la vida, sin hacer daño

Y si sube la marea no va a soltar tu mano

Gente que ahuyenta las nubes negras

Porque tiene el poder de la luz

Qué guapa es

La gente luminosa

La que baila porque sí

La que sonríe a todas horas

Con la que respiras lento

La que te regala tiempo

Y si un día no lo tiene, lo fabrica para ti

Qué guapa es (qué guapa es)

La gente luminosa

Esa que no se preocupa de la marca de tu ropa

La que pone a la alegría

Siempre en su menú del día

Gente que ilumina el mundo

Gente guapa como tú

Gente que tiene el poder de la luz.✨


domingo, 12 de diciembre de 2021

Cada año tiene su propia enseñanza

Suelo recordar cada año como el de esto o aquello, evocando algo que pasó, una lección que aprendí, una alegría relevante, o alguna decisión personal que me marcó. En consecuencia, cada año tiene su propia personalidad.

Soy una persona feliz y positiva, por eso cuando acontecen infortunios los pienso como oportunidades para aprender y crecer. Ahora bien, cuando las cosas pasan, el alma sufre, el cuerpo se contractura y sentimos ansiedad, pero siempre, siempre, debemos continuar. 

Las lecciones de cada año suelen darse semestralmente, antes y después de mi cumpleaños, que al ser en julio marca dos periodos de enseñanzas distintas.

Por ejemplo:
-El 1977 fue en el que nací
-El 1980 cuando hice de bailar mi forma de expresarme
-El 1995 en el que encausé mi profesión
-El 1999 cuando el periodismo cultural y un voluntariado con personas seropositivas en fase terminal me enseñaron otra forma de ver la vida
-El 2000 cuando me atreví a soñar con la existencia del cine costarricense
-El 2006 cuando al casarme pensé entrar a la vida seria y adquirí fruto de mi trabajo mi casa hasta hoy en día
-El 2009 cuando conocí la mayor traición posible y en vez de convertirme en madre como estaba planificado, pues me divorcié
-El 2010 el despertar de una nueva conciencia como alma libre, fue entonces que entendí la danza como estilo de vida y además me fui a Europa a sanar, y ver arte y amigos, lo cual siempre me recarga
-El 2013 cuando papi tuvo un internamiento y me replantée hasta la fecha mis prioridades
-El 2014 tuve la bendición de celebrar la navidad de muchas formas distintas, en CR festejando el nacimiento del niño Dios, en Cataluña el Tió, en Andalucia Reyes y en Italia la Befana (bruja)
-El 2015 experimenté el desprendimiento, habiéndome sido robado mi primer vehículo nuevo
-El 2016 cerré mi ciclo en una agencia donde formé mis bases de estratega por una década, ese año también mami sobrevivió la H1N1, y como un gato usó la primera de todas sus vidas
-En el 2017 subí al cuarto piso y lo celebré con cuatro fiestas y cuatro viajes
-En el 2018 me fui a India a descubrir todo mi potencial, y conectar con una cultura, que me ha generado muchas alegrías
-En el 2019 mami sobrevivió por segunda vez un susto mayúsculo, en la segunda parte de ese año asumí la Dirección de Comunicación más retadora imaginable, la de Casa Presidencial
-En el 2020 me eché la comunicación de una pandemia a mis espaldas, con jornadas 7 días a la semana por varios meses, manifestaciones y demás vicisitudes propias del entorno político
-En el 2021 quien ocupó mi apoyo fue papi, y pese a que por protocolos pandémicos ni salía de la casa, nos volvimos clientes frecuentes del hospital, y con ello tocó afrontar los miedos de todo tipo 

Cuando veo en retrospectiva las lecciones del 2021, pienso en la gran flexibilidad que me exigió, inicié sosteniéndome con mis ahorros hasta llegar a un diagnóstico certero y consecuente atención, luego se me abrieron puertas profesionales donde pude dar lo mejor de mí, liderar un equipo donde sentí un apoyo incondicional, trabajar para una empresa única en su humanidad, tener la flexibilidad suficiente para volverme cliente frecuente de un hospital durante nueve meses de tratamiento, conocer con quién podía contar y despedirme de muchos amigos que habían sido muy importantes en otras etapas pero en esta no supieron estar. A su vez, redescubrí otros amigos que me han sostenido, y a quienes también he apoyado en sus circunstancias.  

Lo más importante sin duda es que el 2021 ha sido el año de mayor unión familiar, donde los tres mosqueteros nos hemos sostenido y superado cualquier situación que nos presente la vida.

El próximo año plantea nuevos retos, como buscar un nuevo trabajo, y seguir apoyando a mi familia, mediante mi compañía. Quizás haya oportunidad de volver a viajar, sin duda llegará un trabajo en que me realizaré, y seguiré rodeando de los afectos, esos amigos que me recargan, a quienes sostengo y me sostienen. 

Las líneas que les comparto las escribo un domingo, y hasta este fin de semana me comí mi primer tamal, además caí en cuentas lo avanzado que iba el mes y no había alcanzado a decorar mi casa, lo cual ya no haré, sin embargo sí quise colocar un par de pasitos muy significativos, que puse en mi hogar para abrir el corazón a la esperanza.

¿Qué deparará el 2022?, aún no lo sé, solo pienso que será un buen año, como en alguna medida, también lo fue este, porque aprendí, crecí y me levanté cada día con ilusión y ganas de luchar.