Soy una persona feliz y positiva, por eso cuando acontecen infortunios los pienso como oportunidades para aprender y crecer. Ahora bien, cuando las cosas pasan, el alma sufre, el cuerpo se contractura y sentimos ansiedad, pero siempre, siempre, debemos continuar.
Las lecciones de cada año suelen darse semestralmente, antes y después de mi cumpleaños, que al ser en julio marca dos periodos de enseñanzas distintas.
Por ejemplo:
-El 1977 fue en el que nací
-El 1980 cuando hice de bailar mi forma de expresarme
-El 1995 en el que encausé mi profesión
-El 1999 cuando el periodismo cultural y un voluntariado con personas seropositivas en fase terminal me enseñaron otra forma de ver la vida
-El 2000 cuando me atreví a soñar con la existencia del cine costarricense
-El 2006 cuando al casarme pensé entrar a la vida seria y adquirí fruto de mi trabajo mi casa hasta hoy en día
-El 2009 cuando conocí la mayor traición posible y en vez de convertirme en madre como estaba planificado, pues me divorcié
-El 2010 el despertar de una nueva conciencia como alma libre, fue entonces que entendí la danza como estilo de vida y además me fui a Europa a sanar, y ver arte y amigos, lo cual siempre me recarga
-El 2013 cuando papi tuvo un internamiento y me replantée hasta la fecha mis prioridades
-El 2014 tuve la bendición de celebrar la navidad de muchas formas distintas, en CR festejando el nacimiento del niño Dios, en Cataluña el Tió, en Andalucia Reyes y en Italia la Befana (bruja)
-El 2015 experimenté el desprendimiento, habiéndome sido robado mi primer vehículo nuevo
-El 2016 cerré mi ciclo en una agencia donde formé mis bases de estratega por una década, ese año también mami sobrevivió la H1N1, y como un gato usó la primera de todas sus vidas
-En el 2017 subí al cuarto piso y lo celebré con cuatro fiestas y cuatro viajes
-En el 2018 me fui a India a descubrir todo mi potencial, y conectar con una cultura, que me ha generado muchas alegrías
-En el 2019 mami sobrevivió por segunda vez un susto mayúsculo, en la segunda parte de ese año asumí la Dirección de Comunicación más retadora imaginable, la de Casa Presidencial
-En el 2020 me eché la comunicación de una pandemia a mis espaldas, con jornadas 7 días a la semana por varios meses, manifestaciones y demás vicisitudes propias del entorno político
-En el 2021 quien ocupó mi apoyo fue papi, y pese a que por protocolos pandémicos ni salía de la casa, nos volvimos clientes frecuentes del hospital, y con ello tocó afrontar los miedos de todo tipo
Cuando veo en retrospectiva las lecciones del 2021, pienso en la gran flexibilidad que me exigió, inicié sosteniéndome con mis ahorros hasta llegar a un diagnóstico certero y consecuente atención, luego se me abrieron puertas profesionales donde pude dar lo mejor de mí, liderar un equipo donde sentí un apoyo incondicional, trabajar para una empresa única en su humanidad, tener la flexibilidad suficiente para volverme cliente frecuente de un hospital durante nueve meses de tratamiento, conocer con quién podía contar y despedirme de muchos amigos que habían sido muy importantes en otras etapas pero en esta no supieron estar. A su vez, redescubrí otros amigos que me han sostenido, y a quienes también he apoyado en sus circunstancias.
Lo más importante sin duda es que el 2021 ha sido el año de mayor unión familiar, donde los tres mosqueteros nos hemos sostenido y superado cualquier situación que nos presente la vida.
El próximo año plantea nuevos retos, como buscar un nuevo trabajo, y seguir apoyando a mi familia, mediante mi compañía. Quizás haya oportunidad de volver a viajar, sin duda llegará un trabajo en que me realizaré, y seguiré rodeando de los afectos, esos amigos que me recargan, a quienes sostengo y me sostienen.
Las líneas que les comparto las escribo un domingo, y hasta este fin de semana me comí mi primer tamal, además caí en cuentas lo avanzado que iba el mes y no había alcanzado a decorar mi casa, lo cual ya no haré, sin embargo sí quise colocar un par de pasitos muy significativos, que puse en mi hogar para abrir el corazón a la esperanza.
¿Qué deparará el 2022?, aún no lo sé, solo pienso que será un buen año, como en alguna medida, también lo fue este, porque aprendí, crecí y me levanté cada día con ilusión y ganas de luchar.