jueves, 31 de diciembre de 2020

Mis 20 lecciones del 2020

1.  El encierro nos obligó a encontrar soluciones para seguir con nuestras pasiones, así que evolucionamos y descubrimos que ya no existen fronteras para aprender. 

2. La historia se repite, y el ser engreídos y negarlo, solo nos perjudica por no estar preparados y que la humanidad esté más conectada que nunca y esto haga que los males lleguen más rápido hasta el último rincón del planeta, recordándonos que es uno solo y que lo que pase a uno nos pasa a todos.

3. La salud es un bien preciado que no puede asumirse, cada decisión puede ponerla vulnerable.

4. La vida es como el flamenco, un viaje por las emociones. Cada palo (estilo) comunica una, pero es difícil definirlas porque se traslapan. Ahora bien, cómo le bailes depende de la melodía y lo que te provoque, sin ser ni malo ni bueno, tan solo es.

5. Usar mascarilla puede ser divertido, no nos borró la sonrisa, nos enseñó a sonreír  con los ojos, y con los diseños mediante los cuales podemos comunicarnos también.

6. Aprendí a confiar en las compras en línea, y ahora solo quiero adquirir cosas así, pues mis decisiones de compra son más pensadas y siempre hago consultas hasta que me convencen las respuestas. 

7. Siempre hay otras maneras de expresar lo conocido, así como los saludos cambiaron, las formas de decir “presente” también.  

8. El año 2020 no es un año que nos castigó, sino ha sido un año que ha puesto a prueba nuestras creencias, relaciones, y actitudes, para que revisemos dónde estábamos y dónde queremos estar. 

9. Aprendí a reconocer mejor a mis personas esenciales, aquellas con las que siempre puedo contar y que aún en la virtualidad se estuvieron reportando.

10. El mejor regalo,  el más anhelado y que cambia tu mundo es un abrazo.

11. El presente no define el futuro, sino la esperanza que tengamos.

12. Cuidar a nuestros seres queridos no es opcional ni postergable.

13. Vivo en el paraíso, y aún en pandemia, estar en Costa Rica rodeada de naturaleza es una bendición. 

14. La distancia física es simbólica, la distancia emocional es real. 

15. Los sentidos cobraron otro valor, el gusto, el olfato y el tacto están ahora más valorados. 

16. Reafirmé la importancia del sentido de comunidad, solos no somos nada pero en comunidad podemos resolver cualquier tema.

17. Ejercitarme diario cobró otro sentido, dejó de ser la aspiración estética para ser un seguro de vida. El movimiento es salud, y formas de cuidarse hay muchas, ya sea con flamenco, oriental o danzas clásicas de la India, o con entrenamiento tipo gimnasio, o unos minutos de elíptica. Cuidémonos para tener nuestras defensas en forma.

18. No somos indispensables pero sí importantes, y todos somos una pieza clave e irremplazable en la conformación de nuestra sociedad. Quienes debieron encuarentenarse por contagio o precaución, o simplemente teletrabajar,  creían que era imposible salir del corre-corre por dos semanas, y al salir estoy segura fueron nuevas personas, revisaron sus vínculos y prioridades. Toda pausa es una oportunidad para reenfocarnos y encontrar nuestro lugar en el engranaje.

19. Generarnos chineos y momentos de autocuido es una obligación. Debemos querernos  y ser gentiles con nosotros mismos, dándonos los cuidados que podamos, porque la vida puede estar cuesta arriba pero la allana esa atención que nos demos. 

20. Ayer hice una sesión dirigida, de esas en que te orientan a plantearte metas para el 2021, hubo preguntas desencadenantes como qué haría si me quedan seis meses de vida, una semana, un día u horas. Entonces caí en cuentas en la analogía y que eso fue lo que nos hice sentir este año, porque temimos por nuestra salud y la de nuestros seres queridos, revisamos prioridades y conservamos lo realmente esencial, que nos hace felices y que le da sentido a nuestra vida.